Al cortar el jamón, el magro presenta un color que varía del rosa al rojo púrpura. Además, pueden aparecer pequeños acúmulos blancos de consistencia arenosa, puntitos que a menudo se asocian erróneamente a alteraciones en el producto, haciendo que se dude de su calidad. Sin embargo, estos puntitos blancos no son acumulaciones de sal, como se cree popularmente, sino una indicación de que el jamón es de excelente calidad.
Esos puntitos blancos son en realidad cristales de tirosina, un aminoácido que se forma durante la degradación de las proteínas en el proceso de curación lenta y pausada, influenciado en gran medida por la humedad. La tirosina es poco soluble, lo que significa que no se disuelve en agua. Por lo tanto, a medida que los jamones se deshidratan durante el secado, la tirosina forma pequeños cristales de 1 a 3 milímetros.